EUROPA
PRESS
9 mayo
2016
Los hombres con niveles bajos de la hormona sexual masculina
testosterona no deben temer la terapia de reemplazo de testosterona, puesto que
un estudio revela que no eleva el riesgo de cáncer de próstata.
La investigación, realizada
mediante el análisis de más de un cuarto de millón de historias clínicas de
hombres blancos, en su mayoría en Suecia, estuvo dirigida por investigadores
del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York y su Centro del Cáncer Laura e Isaac Perlmutter, en Estados Unidos.
El equipo internacional de
autores, que presenta sus resultados este lunes en la reunión anual de la
Asociación Americana de Urología, descubrió que, como grupo, los hombres a los
que se les recetó testosterona durante más de un año no tuvieron un aumento
global del riesgo de cáncer de próstata sino que, de hecho, su riesgo de
enfermedad agresiva se redujo en un 50 por ciento.
"Según estos
resultados, los médicos deben todavía estar atentos a los factores de riesgo de
cáncer de próstata --como ser mayor de 40 años, tener ascendencia afroamericana o antecedentes familiares de la enfermedad--
en los hombres que toman la terapia de testosterona, pero no debe dudar en
prescribirla a los pacientes apropiados por temor a aumentar el riesgo de
cáncer de próstata", afirma la investigadora principal del estudio y
uróloga de Langone Stacy Loeb.
Loeb señala que gran parte de la preocupación por el
riesgo de cáncer es que, como parte de la terapia estándar para el cáncer de
próstata avanzado, el crecimiento del tumor se reduce mediante fármacos que
reducen drásticamente las hormonas masculinas en lugar de aumentarlas.
"Pero cuando se usa apropiadamente por los hombres con deficiencia de
testosterona relacionada con la edad que son por lo demás sanos, se ha
demostrado que el reemplazo de testosterona mejora la función sexual y el
estado de ánimo", añade.
Una terapia en aumento durante la última década
Los científicos subrayan
que el uso de la terapia con testosterona -- por vía oral, parche de gel o inyección-- para tratar la "testosterona
baja" se ha disparado en la última década. Su popularidad es consecuencia,
según los expertos, de un "boom" en el
envejecimiento de la población y una fuerte comercialización de la industria
farmacéutica, y se ha producido a pesar de sus desconocidos riesgos para la
salud a largo plazo.
Según algunos estudios, el
uso de la terapia de testosterona se ha más que triplicado desde 2001, con más
de un 2 por ciento de los hombres estadounidenses de 40 años y casi el 4 por
ciento de los hombres de 60 años que lo toman. Los niveles de testosterona caen
de forma natural en aproximadamente un 1 por ciento al año en los hombres
pasados los 30 años.
En concreto, la
investigación detectó que 38.570 de los hombres cuyos registros fueron
examinados desarrollaron cáncer de próstata entre 2009 y 2012. De estos
hombres, 284 tenía recetada la terapia de reemplazo de testosterona antes de
que fueran diagnosticados con cáncer de próstata. Sus registros fueron
comparados con 192.838 hombres que no desarrollaron cáncer de próstata, de los
cuales 1.378 habían utilizado la terapia de testosterona.
Los investigadores
observaron que, si bien su análisis inicial mostró un repunte (del 35 por
ciento) en el cáncer de próstata en los hombres, poco después de iniciar el
tratamiento, el aumento fue sólo en los cánceres de próstata que estaban en
bajo riesgo de propagación y fue probablemente el resultado de más visitas al
médico y biopsias realizadas desde el principio. Los autores destacaron que la
reducción a largo plazo de la enfermedad agresiva sólo se observó en los
hombres después de más de un año de uso de testosterona y el riesgo de cáncer
de próstata no difirió entre los geles y otros tipos
de preparaciones del medicamento.
"En general, nuestro
estudio sugiere que lo que es mejor para la salud de los hombres es mantener
los niveles de testosterona equilibrados y dentro de un rango normal",
afirma Loeb, que sugiere que los hombres con niveles
de testosterona inferiores a 350 nanogramos por
decilitro y síntomas deben consultar a un médico acerca de si deberían
considerar la terapia de testosterona.
Para el estudio, los
autores emparejaron y analizaron datos del Registro Nacional de Cáncer de
Próstata y el Registro de Prescripción de Medicamentos de Suecia. El país es
uno de los pocos en el mundo que contiene información detallada sobre el cáncer
y recetas de medicamentos para toda su población.
Loeb dice que el equipo planea más estudios para
determinar por qué los niveles bajos de testosterona pueden desencadenar el
cáncer de próstata agresivo y por qué el mantenimiento de los niveles normales
puede proteger contra la enfermedad agresiva.